A la hora de construir nuestra casa modular una de las decisiones más importantes a tomar son los materiales con los que queremos que se fabrique. Si bien la estética es un punto a considerar, otro aún más relevante es el clima imperante de la zona geográfica donde se encuentra el terreno donde ubicaremos nuestra casa modular. En este artículo trataremos esta cuestión, ya que tiene un papel especial de cara a convertir nuestra casa modular en una construcción sostenible, basada en el ahorro energético y la eficiencia energética.
En primer lugar tenemos las casas de hormigón, concretamente el hormigón celular. Como es de suponer, las casas modulares construidas con hormigón ofrecen una gran resistencia. Combinando el hormigón con un aislamiento adecuado podremos conseguir una casa modular que soporte temperaturas muy altas y secas en verano así como frío en invierno, debido al grosor de los módulos de hormigón, que actúan como aislante del frío exterior y mantienen el calor de la calefacción en el interior de la casa modular. Así pues, el hormigón es ideal para climas como el nuestro, que varían considerablemente de una estación del año a otra. Tengamos en cuenta que, además, una casa modular de hormigón no se devalúa con el tiempo, debido a su gran resistencia y durabilidad.
En segundo lugar tenemos las casas modulares de acero. La estructura de estas casas de acero resulta la más duradera así como estable. Otra de las ventajas de emplear este material en la construcción modular es el tiempo de entrega de la casa: Con este material las casas se terminan en un tiempo récord, el más rápido comparado con el resto de materiales, debido a que el trabajo en fábrica se reduce prácticamente al montaje y transporte de los componentes. En áreas geográficas donde los terremotos son frecuentes, como por ejemplo Japón, las casas modulares de acero son la solución perfecta para garantizar la seguridad, ya que el acero es, a su vez, un material enormemente flexible.
Por último debemos mencionar las casas modulares realizadas con madera. Si alguna vez has viajado por el norte de Europa te habrás dado cuenta de que la mayor parte de sus casas están hechas de madera. Esto se debe a la gran capacidad aislante de la madera, que la convierte en un material óptimo para construir casas modulares en climas extremadamente fríos. Como en el caso del hormigón, la madera realiza un efecto aislante pero dirigido especialmente al frío. Así que, si nuestra casa modular estará ubicada en un lugar donde también hará un calor considerable en los meses cálidos del año, deberíamos barajar la opción de decantarnos por el hormigón celular. Debemos tener en cuenta que la madera conlleva un determinado mantenimiento, ya que es susceptible de sufrir plagas de insectos como las carcomas, así como un deterioro debido a la exposición solar, la acción corrosiva de la temperatura y el viento. Un buen barniz y pinturas resistentes garantizarán la durabilidad de la madera de nuestra casa modular.
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