Las palabras «edificio inteligente» evocan imágenes de nuevas estructuras elegantes que incorporan todas las últimas tendencias en ahorro de energía, pero eso es sólo parte de la historia. El hecho es que cualquier conjunto de elementos «inteligentes» se aplica a algunos edificios ya existentes. Además de reducir los costos de energía, la mejora de un edificio antiguo también puede dar lugar a un entorno más cómodo y saludable para los empleados y futuros habitantes, puede contribuir a la calidad de vida en su comunidad, y puede ofrecer a las empresas una herramienta sostenible que aumenta su perfil público.
El desafío para los propietarios es encontrar el tipo y combinación de elementos inteligentes que les proporcionan el mayor retorno de su inversión. Por otro lado, en el nivel más fundamental, los edificios inteligentes ofrecen servicios útiles de forma productiva para sus habitantes, como son la iluminación, el confort térmico, la calidad del aire, la seguridad física, el saneamiento, y muchos más.
Alcanzar esta visión requiere la adición de la inteligencia desde el comienzo de la fase de diseño hasta el final de la vida útil del edificio. Los edificios inteligentes utilizan tecnología de la información durante la operación para conectar una variedad de subsistemas, que típicamente operan de forma independiente, de modo que estos pueden compartir la información para optimizar el rendimiento total del edificio. Los edificios inteligentes miran más allá de los equipos de construcción dentro de sus cuatro paredes.
Los edificios modernos contienen dispositivos mecánicos complejos, sofisticados sistemas de control y un conjunto de características para mejorar la seguridad, la comodidad y la productividad de los ocupantes. Muchos de estos sistemas implican la comunicación de máquina a máquina. El edificio inteligente requiere de una conectividad entre todos los equipos y sistemas de éste. Un ejemplo es el uso de datos desde el sistema de seguridad del edificio para apagar las luces y reducir el enfriamiento cuando los ocupantes no están presentes.
Durante décadas, los sistemas de gestión de edificios han automatizando el proceso de proporcionar suficiente energía para calentar y enfriar los edificios para satisfacer los estándares de confort. Estas medidas de eficiencia energética contribuyen a los objetivos de sostenibilidad de la organización, tales como el seguimiento y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Así pues, los edificios inteligentes están centrados en controlar de forma automática la calefacción, ventilación y aire acondicionado, iluminación y otros sistemas a través de un sistema de gestión de edificios o la construcción de sistema de automatización. Los objetivos de la automatización de edificios es mejorar el confort de los ocupantes, el funcionamiento eficiente de los sistemas de construcción, y la reducción en el consumo de energía y los costos de operación. Para mayor información, contacte con nuestro departamento comercial o solicite un presupuesto.